Así fue el paso de Los Vinagres por Sevilla



El 19 de Octubre La Calle de Sevilla ardía al ritmo del rock canario de Los Vinagres y todo el público lo pasó en grande.

Cuando uno va a un concierto, conozca o no al grupo, se sepa o no las canciones, gran parte de su experiencia dependerá de que el artista cree un ambiente divertido y sepa animar al público, y eso es justo en lo que son expertos Los Vinagres: Aunque al principio el público se mostraba un poco apagado, pronto la sala entera saltaba y bailaba sin parar. 

La noche empezó con Júrame que me olvidarás, calentando el ambiente para pasar a temas tan animados y emblemáticos de la banda como Aunque llueva o Los volcanes se duermen. Los Vinagres invitaban al público a cantar y este lo daba todo entre gritos, cervezas e incluso pogos. 


Uno de los momentos más icónicos del concierto fue sin duda cuando la banda se atrevió a tocarla canción de reaggeton Dile, de Don Omar, sorprendiendo a todo el público con una versión que supieron hacer suya a la perfección, cargada de rock y rasgueos locos de guitarra. 

Los asistentes cantaban divertidos un tema tras otro cuando el grupo interpretó uno de sus temas más populares, La Chibichanga, durante la que pidieron al público que se agachara para luego levantarse cuando el ritmo estallara. Lo que parecía un momento divertido pero repetido en muchos conciertos pareció volverse más serio cuando Los Vinagres se negaron a continuar la canción hasta que todo el público estuviera agachado, llamando la atención de aquellos que, según ellos, “querían hacerse los chulos”. Eso sí, una vez estos últimos se agacharon la fiesta volvió a animarse, aunque no durante mucho tiempo; el concierto estaba llegando a su fin. Aunque claro, antes de esto no podían faltar canciones tan icónicas como Verbenita o, cerrando la actuación, Los volcanes se duermen. 


Los Vinagres son el grupo perfecto para pasar un buen rato, para ponerse de buen humor o para ir a una fiesta cada vez que los ves en concierto. 

SON Estrella Galicia apostó definitivamente por la banda adecuada y si algo es seguro es que cada persona que estuvo en La Calle aquella noche se llevó una sensación de euforia innegable. 

Ana López

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