León Benavente continúa arrasando con su nuevo disco y agota las entradas en sus dos fechas en La Riviera el 14 y 15 de noviembre
Leon Benavente reaparece con un disco diferente que puede sembrar dudas en su primera escucha, pero a medida que lo escuchas una y otra vez se aloja en tu cabeza y va creciendo poco a poco.
Vamos a volvernos locos (2019) es la continuación de un grupo que en todo sus discos siempre ha cuidado el discurso de sus letras ácidas y su instrumentación tan magnifica y tan directa que parecen como un misil lanzado al exterior.
Tal y como explican ellos mismos el titulo del disco no encabeza la obra por ser especialmente atractivo sino por su curioso doble sentido (tanto imperativo como de advertencia), aunque su sentido final lo encontremos en las los propios temas.
El recorrido por el disco te lleva a una introspección humanamente necesaria y a un análisis de la propia vida, todo ello aderezado con su inconfundible sonido de fondo pero con un notable desarrollo en su estilo que hace de cada canción un mundo gracias a su amplia paleta sonora.
“Vamos a volvernos locos (2019)” comienza con “Cuatro Monos” y se trata de una canción autobiográfica, de lo que consiste en ser León Benavente en la actualidad y de las sensaciones que se derivan de su evolución como grupo. En “Amo” han contado con la participación de Eva Amaral para redondear los coros en una melodía lineal que hace de “Amo” uno de los temas más potentes del disco.
En “No hay miedo” sufrimos una regresión a la música disco ochentera con un tema alegre y plagado de felicidad en el que se apoderan las ganas de bailar. Un tema plagado de positivismo que nos lleva hasta “Como la piedra que flota” uno de los temas mas interesantes del disco acompañándose de la voz de María Arnal y es justo esa conjugación de voces lo que le da fuerza al tema impregnándolo de sensualidad.
“La canción del daño” es una de esas canciones que están destinadas a ser uno de sus himnos, ¿Por qué? Pues realmente no tengo explicación solo sé que al escucharla te deja sin palabras, tan sencilla, tan dura, tan indispensable, tan… buena!!.
“Ayer salí” devuelve a León Benavente a su senda habitual de electrónica ácida que nos tenían acostumbrados para llegar a un momento en el que se relentiza el tiempo con “Mano de Santo”, la cual parece un diario intimo de pareja acompasados con un marcado sintetizador que se desliza entre su sensual estribillo y la voz de Miren Iza, de Tulsa.
“Disparando a los caballos” es de las pocas canciones que podían incluirse en alguno de sus discos anteriores y la única donde se advierte de forma muy directa la crítica política. En “Volando alto” utiliza bases de hip-hop que sorprende y agrada a la par, y no podía ser de otra manera ya que en ella explica la idea de elevarse para adquirir un perspectiva mayor y ver mejor los problemas y relativizarlos.
El disco termina con “Tu vida en directo” y es un resumen perfecto de lo que hemos escuchado durante los 40 minutos anteriores, tomándoselo como un paseo en otoño reflexionando sobre la vida.
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