La Pegatina revoluciona a su público en la Joy Eslava

A las 9 en punto, tal como anunciaron, los siete miembros de La Pegatina invadieron el escenario de la discoteca Joy Eslava a grito de “esto es una fiesta”. Y la verdad que lo era. Confeti y serpentinas fueron llenando la sala que estaba a reventar de un público que no podía perderse el lanzamiento del quinto disco de esta banda catalana.

“Por si acaso el fracaso no nos deja volver, no olvidemos la aventura del ayer” comenzaron cantando con su tema “Muérdeme”, de 2011, pero este no es su caso, ya que desde que empezaron a tocar en 2007 no han parado y el fracaso no tiene lugar en sus conciertos, donde la gente siempre queda eufórica y con ganas de más.

“No hay que llorar”, “Sun bay” o “La sorranchera”, son algunas de las canciones que siguieron, dejando hueco a alguna balada como “Alosque”, “La ciudad de los gatos negros”, o la recién estrenada “Y se fue” que conmovió al público que necesitaba tomarse un respiro entre tanto salto.


Un partido improvisado de basket, penaltis al percusionista, saltos desde una cama elástica o una competición de trompeta con una chica del público, fueron algunos de los locos momentos que vivimos esa noche de jueves.



Ska y rumba a ritmo de guitarra, trompeta y acordeón, es la fórmula que utiliza este grupo para crear ese ambiente de fiesta típico de una barraca de pueblo en verano. 

Después de ocho años dando la nota, estos chicos siguen causando sensación y su nuevo disco, “Revulsiu”, no dejó decepcionado a nadie, con canciones como “Heridas de guerra”, “No som d´aquí” o “Celestina”.

 Además también hubo sitio para las típicas, “Cómo explicarte”, “Lacón con grelos”, “Olivia”, “Qué bonito es el amor”, “El curandero” o “Non è facile”, entre muchas más.

Una de las grandes sorpresas de la noche fue la aparición del Capitán Cobarde, junto al que cantaron aquello de “el tiempo pasará sin nada que decir”. Pero ellos sí que tienen mucho que decir y aunque tras presentar a la banda anunciaron su despedida, fue inevitable ante el clamor del público que regresaran al escenario para cantar “Llovera y yo veré”, enloqueciendo de nuevo a la gente que no paró de saltar durante las más de dos horas que duró el concierto.

Y por último no podía faltar ese mítico tema que siempre está presente en cualquier fiesta de colegas, “Mari Carmen”. El broche de oro a un concierto plagado de energía positiva, que es precisamente lo que caracteriza a este grupo, el ser capaces de contagiar a la gente su energía, su buen ánimo y su locura incurable, ya sea en un macro festival o en la sala más pequeña.






¡Larga vida a La Pegatina!


Alejandra Requena

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